Como consecuencia de la crisis económica, la venta ilegal de coches usados en la vía pública ha aumentado el 20% desde el año 2007, según estimaciones de la patronal de vendedores de vehículos Ganvam.
Según indica la asociación, de todas las operaciones de compra-venta de coches usados, el 10% corresponde a ventas “pirata”. Esto equivale a que cada año se venden en España 95.000 vehículos de esta manera. Estas compras se realizan en reuniones entre particulares o “concesionarios ambulantes” en los aparcamientos de los centros comerciales.
El mercado negro genera al sector automovilístico en España unas pérdidas de 300 millones de euros al año. Esta práctica, que según la asociación supone una clara competencia desleal para los concesionarios de marca y compraventas, significa también para el comprador una falta de seguridad y de garantía.
Ganvam defiende la aprobación de una norma a nivel nacional que prohíba la venta de vehículos en la vía pública, tomando como base las ordenanzas municipales aprobadas en Madrid o Barcelona.